Apagón: la electricidad como columna vertebral de la sociedad moderna​

 Por: William de Jesús Vélez, cronista digital

El 28 de abril de 2025, a las 12:30 p.m., un apagón masivo sumió a España y Portugal en la oscuridad. La península ibérica, habitualmente vibrante y conectada, se detuvo abruptamente. Semáforos apagados, trenes detenidos, hospitales en alerta y millones de ciudadanos desconectados del mundo digital.

La economía paralizada

La electricidad es el motor de la economía moderna. Su ausencia interrumpe la producción industrial, detiene fábricas y afecta la cadena de suministro, generando pérdidas económicas significativas . En este apagón, industrias clave como las plantas de Ford e Iveco cesaron operaciones, evidenciando la fragilidad de nuestra dependencia energética.

Impacto en la vida cotidiana: la electricidad como el hilo invisible que sostiene nuestra era

Más allá de su papel en la economía formal, la electricidad sostiene los cimientos invisibles de nuestra vida cotidiana. Cada interruptor que encendemos, cada mensaje que enviamos o cada transacción que realizamos en un cajero automático depende de una red constante de suministro energético.

La iluminación y el confort doméstico, esenciales para la vida moderna, se apagan en cuestión de segundos durante una interrupción eléctrica. Las viviendas pierden calefacción en invierno y refrigeración en verano, afectando la salud, especialmente de niños, ancianos y personas con condiciones médicas delicadas.

Los electrodomésticos esenciales, como refrigeradores y congeladores, dejan de funcionar, poniendo en riesgo la conservación de alimentos y medicinas vitales. Asimismo, dispositivos médicos que dependen de energía, como respiradores o bombas de insulina, se convierten en un riesgo crítico cuando falta la electricidad.

La comunicación digital —pilar de nuestra era— se paraliza. Sin energía, las redes de telefonía móvil, las conexiones de internet de banda ancha y los servidores que sostienen el flujo global de información se interrumpen. Durante el apagón masivo de la península ibérica en abril de 2025, millones quedaron incomunicados, lo que afectó la coordinación de emergencias y aisló a familias, empresas y autoridades.

La interrupción de los servicios financieros modernos también se hizo patente. Cajas registradoras, terminales de pago con tarjeta y operaciones bancarias online dependen del flujo eléctrico. Sin energía, las compras, los pagos de servicios y las transferencias bancarias se detienen, provocando incertidumbre y desconfianza en los mercados.

Un aspecto emergente es el impacto sobre el futuro de los criptoactivos. Las criptomonedas, como Bitcoin o Ethereum, se basan en la existencia de una red de nodos distribuidos y operaciones de minería, que requieren grandes cantidades de electricidad para validar transacciones y garantizar la seguridad de las redes blockchain. Un apagón prolongado no solo detiene las operaciones de minería, sino que también puede afectar la sincronización de bloques, generar pérdidas en operaciones de trading y debilitar la confianza en la solidez de los criptoactivos. Además, en un mundo cada vez más digitalizado, la falta de suministro eléctrico pone en riesgo las nuevas formas de ahorro, inversión y transferencia de valor que dependen exclusivamente de infraestructuras energéticas robustas.

En resumen, la electricidad no solo ilumina nuestras ciudades: es el tejido mismo que conecta y hace funcionar cada aspecto de nuestra existencia contemporánea, desde lo más básico hasta las finanzas globales del futuro.

Lecciones y futuro energético

Este evento subraya la necesidad de invertir en infraestructuras eléctricas resilientes y diversificadas. La transición hacia fuentes de energía renovable, como la solar y eólica, es crucial para garantizar un suministro sostenible y reducir la dependencia de sistemas vulnerables . Además, la implementación de tecnologías inteligentes y sistemas de respaldo puede mitigar los efectos de futuras interrupciones.

Estrategias para proteger el suministro eléctrico en la vida cotidiana y en los sectores críticos

La creciente dependencia de la electricidad exige un enfoque más robusto y estratégico para mitigar los impactos de futuros apagones. Estas son algunas de las soluciones más relevantes:

1. Reducción de la vulnerabilidad doméstica

  • Instalación de sistemas de respaldo en hogares: Desde generadores portátiles hasta sistemas solares con baterías domésticas, las viviendas pueden prepararse para mantener servicios básicos como iluminación, refrigeración y comunicaciones en caso de cortes prolongados.

  • Electrodomésticos inteligentes y de bajo consumo: Equipar los hogares con dispositivos que optimicen el uso de la energía ayuda a prolongar la autonomía en momentos críticos.

2. Fortalecimiento de la infraestructura de comunicaciones

  • Redes de telecomunicaciones con respaldo energético: Operadoras de internet y telefonía móvil deben invertir en sistemas de energía de respaldo (baterías de alta duración o generadores automáticos) para garantizar la conectividad en emergencias.

  • Desarrollo de tecnologías descentralizadas: Aplicaciones que funcionen parcialmente offline o a través de redes alternativas (como redes mesh) podrían ser esenciales en eventos de corte masivo.

3. Protección del sistema financiero

  • Plataformas de contingencia para operaciones bancarias: Bancos y servicios financieros deben contar con sistemas de respaldo energético y servidores distribuidos en distintas ubicaciones geográficas para garantizar continuidad en las operaciones.

  • Educación al consumidor: Promover alternativas como el efectivo de emergencia o apps móviles que funcionen offline en casos de falta de internet o energía.

4. Resiliencia en el ecosistema de criptoactivos

  • Descentralización real de nodos de blockchain: Reforzar la distribución de nodos en regiones distintas y garantizar que algunos operen en sistemas de energía renovable independiente (como solar o eólica) puede proteger la integridad de las redes blockchain durante apagones.

  • Optimización energética de la minería: Fomentar tecnologías de minería más eficientes y menos dependientes del consumo intensivo de electricidad (como Proof of Stake en lugar de Proof of Work) es esencial para la sostenibilidad a largo plazo de las criptomonedas.

5. Políticas públicas y planificación energética

  • Inversión en energías renovables y almacenamiento: Impulsar centrales solares, eólicas y redes de baterías a gran escala ayuda a diversificar las fuentes de energía, haciéndolas menos vulnerables a fallos masivos.

  • Programas de micro redes: Crear "microgrids" comunitarias autosuficientes, capaces de desconectarse de la red principal y seguir operando durante apagones, es una estrategia que ya se implementa en ciudades de Estados Unidos, Europa y Australia.

6. Conciencia social y cultura de resiliencia

  • Preparación ciudadana: Incentivar la cultura de tener kits de emergencia energéticos (linternas, cargadores solares, alimentos no perecederos) puede salvar vidas y mantener una sociedad funcional ante crisis energéticas.

  • Simulacros de apagones: Tal como se realizan simulacros de incendios o terremotos, los simulacros de apagones ayudarían a preparar tanto a particulares como a empresas frente a eventos de interrupción masiva.

Conclusión

El apagón del 28 de abril no solo dejó a millones sin luz; iluminó la importancia crítica de la electricidad en nuestra sociedad. Es un llamado a la acción para fortalecer nuestras redes eléctricas y avanzar hacia un futuro energético más seguro y sostenible.

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