Y si me da la gana
y si me da la gana que
y si me da la gana digo
rana
y si me da la gana…
Verso del padre Nicanor
conocido como padre de
la medalla gocha
el de esa fotografía
que en muchos hogares del Chicamocha Medio
casi en el olvido, solo
se mira y se pregunta
¿ese viejito quién es?
El 2 de junio del 2021 realizamos un relato que titulamos
“Un
símbolo, una historia, un enemigo: EL CÓNDOR”; entre
lo anecdótico, lo histórico, lo social, lo legal y lo misional de algunas
instituciones, resaltamos el trabajo realizado hasta ese momento por proyectos
como los liderados por el Parque Jaime Duque, la Fundación Neotropical, la
Asociación Campesina Coexistiendo con el Cóndor-ACAMCO, hoy los apoyan con intermitencia algunas instituciones de la región del Chicamocha Medio,
quiénes lo debieran tener como objetivo misional de su impacto educativo social
y ambiental.
Paradójicamente, la historia de muchos ciclistas, esos de
extracción campesina que durante años luchan buscando un patrocinio, quién les
ayude a solventar los elementos suficientes para ser campeones, quién los
oriente y en lo posible no los estafe, se ven abocados a la soledad del
recorrido hacia sus metas; más, sin embargo, una vez logran sus victorias, les
sobran manos para reclamar sus triunfos. Es posiblemente que hoy seamos uno más,
de esos del comité de aplausos.
Cuando los proyectos son conjuntos, entendibles y de
trascendencia, la gente trabaja con las uñas, se sobrepone a las críticas, a
los señalamientos, discriminaciones, muchas veces se refugian en la solidaridad
de la soledad, y por años construyen sus propias oportunidades; personas como
Doris, quien honra la memoria y los sueños de su esposo Germán; personas como Eywar, Andrea, Evilda,
Sara, Lina, Edgar, Pablo, Gilberto, William, Ceráfico, Alonso, Ramiro, Yenny,
Mireya, Gilberto, Félix, Yolanda,
Miriam, Lucy, Azucena, Reyes,
Rafael, Carlos… y quienes están a su lado, de una manera u otra han aportado
pequeñas y grandes cosas en una construcción colectiva, sobreponiendo el
individualismo, muchas veces necesario, para consolidar el respeto y la
convivencia más allá del ser humano; han logrado lo que la mayoría no logran…
Creer.
Quebrantaron la utopía en torno al Vultur gryphus,
Cóndor de los Andes, pusieron un límite ante los pseudocientíficos,
oportunistas, políticos y tantos otros que usufructúan de la protección del
ambiente; se presentan como modernos y eruditos, pero no van más allá que un
perfil en una red social.
Asociación
Campesina Coexistiendo con el Cóndor ACAMCO
Convocaron una y otra vez, participaron todas las veces que fuese necesario y sé, lo van a seguir haciendo; se les abrieron puertas, también algunas se cerraron, pero su sueño fue más allá, como su propia constancia; estos esfuerzos tienen en el Páramo del Almorzadero gran significancia desde la Asociación Campesina Coexistiendo con el Cóndor ACAMCO, una estructura campesina que trabaja por el desarrollo de actividades agropecuarias de manera sostenible, implementando acciones integrales que nos permitan la permanencia en el territorio coexistiendo con las dinámicas propias de la zona de páramo, la transferencia tecnológica, restauración y conservación de ecosistemas estratégicos garantizando la autonomía alimentaria, el relevo generacional, la unión familiar y la protección de la flora y fauna mediante las prácticas del buen vivir, como lo reza su Misión, desde la investigación, el desarrollo y la aplicación de la ciencia y la ingeniería, desarrollan actividades agropecuarias de manera sostenible, implementando acciones integrales que permitan la permanencia en el territorio, coexistiendo con las dinámicas propias de la zona de bosque alto andino y páramo, la transferencia tecnológica, restauración y conservación de ecosistemas estratégicos, garantizando la autonomía alimentaria, el relevo generacional, la unión familiar y la protección de la flora y fauna mediante las prácticas del buen vivir.
ACAMCO, no solo existe y trabaja se le reconoce, es
seguro que no por nosotros mismos, pero sí en los entornos nacionales e
inclusive internacionales; el 11 de octubre de 2023 el Premio BIBO, un pacto
por la biodiversidad del planeta, buscando reconocer las mejores prácticas,
estrategias, proyectos y servicios ambientales del país, enfocadas en detener y
revertir la pérdida de biodiversidad, por consecuencia, generando nuevas
propuestas de conservación de los recursos, el uso sostenible desde la
apropiación del conocimiento en la categoría “Cuidado comunitario de la
biodiversidad”, otorgó el primer lugar a la Asociación Campesina Coexistiendo
con el Cóndor ACAMCO. Se convierte en más que un reconocimiento, se convierte
en un cambio en la forma de pensar, tal vez de todo el territorio del
Chicamocha Medio, una invitación a mirar hacia el cielo y ver reflejado en el
vuelo del Cóndor la decisión de este grupo de personas que un día creyó en un
territorio mejor.
En la retrospectiva de este premio, ACAMCO, dentro de los
238 proyectos ambientales de toda Colombia, presentó el proceso “Cuido mis
ovejas, protejo el páramo y el Cóndor”, desarrollado en el páramo El
Almorzadero por 19 familias y apoyado por la Fundación Parque Jaime Duque,
junto con el SENA, UIS, MinCiencias y la CAS.
Se escribe una página sobresaliente en la historia del
Páramo de Comoguate; Páramo del Almorzadero; por estos días escucho la sonrisa
de Paula Inés Jiménez Ibáñez, médico veterinario, quien en su vida luchó por
salvar la vida de algunos de los Cóndores envenenados, igualmente de German
Lizcano, quién soñó con una convivencia sostenible, social, ambiental y
económica en la región del Páramo del Almorzadero; y en un momento de ego
agradezco la comunicación de algunas personas de la asociación, quienes de
primera mano tuvieron la deferencia de comunicarme su gran triunfo.
Ojalá a todos en el Chicamocha Medio, algún día, se nos dé la gana de hacer grandes cosas, como a los asociados de ACAMCO, sus familias, sus vecinos… así en estos momentos que las elecciones regionales se roban toda la atención y nos nublan el panorama no solo de los municipios y departamentos, sino del país entero, nos sobrepongamos a esas luchas entre unos y otros, a los sectarismos, a la pormenorización del otro; y la oveja en su balar tenga la razón… como ella misma lo pregona ¡Veeeee¡
Mucho
he repetido, hay que cambiar, “el hacer por hacer, por el saber hacer”.