OPINIÓN: “Casi 100 años, siempre perdiendo…”.

Si a Málaga llegas cansado viajero, 

Bienvenido seas a nuestra ciudad; 

No te sientas solo porque en nuestro suelo, 

Tú eres malagueño como los demás.

 

"Si a Málaga Llegas"

Hermanos Torres Márquez.

 

Por Germán Alfonso Garcés Mariño

Chicamocha News – 03 de agosto de 2021

 

Málaga, debemos decirlo, pequeño poblado insertado en el Oriente del departamento de Santander, tan antiguo como la historia colombiana y convertido en el epicentro migratorio por excelencia de la región; a donde han concurrido familias de la diversa geografía nacional e internacional, generando una cultura y una sociedad que, desafortunadamente, se acostumbró a perder, de frágil memoria y amantes del mesianismo, como ya lo hemos mencionado en otros escritos.

Cientos de malagueños contamos airadamente como Málaga fue gestor del comercio internacional para nuestro país y simbolizamos a la Ford, como pionero de la importación de vehículos, vigente hasta la década de 1.970 y quizás con orígenes desde 1.930; igualmente destacamos el emporio Molinero de Málaga, rememorando las compañías Molinera de Herrán, Molino San Martín, Harinera Pardo… muchos vigentes hasta la década de 1.980.

Contamos historias en torno a la empresa Cervecera Violeta, narramos cómo una u otra "perra loca", eran suficientes para mantener una noche de bohemia, retreta o alborada, con la que, otrora fuera la excepcional banda de músicos "Victoriano Ordoñez", agrupada en torno al icónico Portilla; hoy también desaparecidos del contexto malagueño.

La retrospectiva conlleva también al origen de la Licorera de Santander, con la empresa de licores de Málaga, que quizás se ubicaba en el entorno de la actual estación de policía. Algunos cuentan cómo Málaga contaba con su propia Gaceta, que llegó a tener circulación departamental, su empresa productora de gaseosas o bebidas carbonatadas, y herrerías que llegaron a exportar sus productos al Perú, que al igual hoy, ya no existen.

En la parte institucional, la Capital de la Provincia de García Rovira contó con Tribunal Administrativo de Justicia, Batallón García Rovira, sede del IDEMA, INDERENA, Ministerio de Transporte, (La Zona), Secretaría de Agricultura, Secretaría de Salud con el laboratorio Dermatológico de Santander; CORPOICA, y recientemente vimos desaparecer la oficina del Instituto geográfico Agustín Codazzi, IGAC.

La falta de verraquera, la cual nos sobra cuando con elocuencia simplemente hablamos o escribimos, es evidente en el momento de actuar, basta con mirar el Hotel de Turismo, elefante blanco que pasa desapercibido para la sociedad malagueña, en las inmediaciones de lo que hoy es el Instituto Técnico Industrial, que formó parte del complejo hotelero nacional, propuesto por el general Gustavo Rojas Pinilla y que en su portafolio cuenta con lo que hoy se conoce como Hotel Tequendama en Bogotá.

Y es que el valor del malagueño está casi desaparecido, posiblemente porque no entendemos la historia, porque no la queremos conocer o porque como es más fácil, la queremos cambiar; por ejemplo, ese momento histórico en que se narra cómo la ofrenda que Málaga presentaba al Ejército Patriótico, estaba compuesta, como lo describe Julio Abel Díaz Torres, el sábado, 9 de marzo de 2.013, por el "aporte al ejército de Custodio García Rovira, de un nutrido número de soldados comandados por la catequista Ascensión Ortega, quien fuera fusilada por orden del virrey Sámano en el puente Real de Vélez, hoy Puente Nacional. Desde entonces el Batallón Málaga formó parte de todas las contiendas bélicas y sus soldados regresaron a su tierra a ser laboriosos campesinos".

Días atrás, observamos lacónicamente el conflicto de la empresa Cotrans que aún hoy nos preguntamos, qué está pasando, y qué va a pasar… Ahora, casi indiferentes, vemos cómo desaparece lo que han llamado una de las empresas símbolo de la región y bien o mal, con aciertos y desaciertos, ha liderado los procesos de salud dentro de la inequitativa ley 100 de 1.993.

Tal vez víctima del mismo sistema de salud, la EPS COMPARTA se convierte en otra de las iniciativas condenadas a desaparecer, tras la mirada indiferente de la ciudadanía malagueña… igual que en otras muchas ocasiones, solo nos acordamos de las personas, las instituciones, las empresas, las organizaciones, en el momento que las necesitamos y después solamente pasan a ser un elemento más de la cotidianidad.

La inminente liquidación o transformación de la EPS COMPARTA, pasará a ser una historia más, como aquella contada del Hospital de la Caridad de Málaga, iniciativa creada y defendida por los malagueños, para terminar siendo usufructuada o disputada en conflictos politiqueros de poder, con intereses individuales.

Como pueden apreciar, es larga la lista de lo que hemos perdido y sé, se escapan muchísimas organizaciones, instituciones, empresas, asociaciones, entidades o simplemente pequeños negocios que en algún momento fueron una ilusión, una fuente de sustento, mejoramiento de la calidad de vida y símbolo del ser malagueño.

En mi pleno derecho de ciudadano malagueño, de esos de arraigo y de familia; con el respeto por los malagueños de adopción, muchos de ellos muy célebres, dejo mi queja por el desarraigo que se generaliza, siento una voz de alarma por esos pasos de animal grande que asechan a los activos estructurales y quizás esenciales de nuestro territorio.

He observado cómo, a través del tiempo, la estructura organizacional pública se empeña en enajenar, tercerizar, privatizar… bajo el concepto que dichos bienes son improductivos, insostenibles y ponen en riesgo lo que denominan pasivos sociales, afectando la tributación ciudadana.

Malinterpretando o acomodando las normas de desarrollo público – económico, tergiversando los procesos de descentralización y utilizando los procesos de calidad, como herramientas de corrupción y burocracia… encuentran en la tercerización o privatización una herramienta ideal para entregar la administración pública, "todo corrupto tiene su leguleyada", y como lo sostengo, el que parezca legal no significa que sea correcto.

Mi pregunta es: ¿Por qué, si no es rentable, sostenible, productivo y eficiente, un bien para la administración pública, sí es inmensamente apetecido por el sector privado?

Al igual que en otras ocasiones, manifiesto la necesidad de conservar los activos esenciales para la administración pública y en este caso me refiero al riesgo que, en algún momento, presente o futuro, tengamos que vivir la enajenación o tercerización, por ejemplo, de la Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos, la Planta de Sacrificio de Ganado Mayor con destino a Consumo Humano, y por qué no decirlo, de las Empresas Públicas de Málaga, estructura que en algún momento ayudé a consolidar.

Los ciudadanos malagueños, todos, como lo dice la canción, requerimos de reforzar nuestro sentido de pertenencia, no basta con intenciones terremoto, es decir, esas que nos surgen en el momento en que solo se nos ocurre decir "había sido", tenemos el derecho y la obligación de ser participantes; el no estar de acuerdo con determinado grupo, no hace que perdamos los derechos ciudadanos, recuerde que los servidores públicos son eso, nuestros servidores, por lo cual reciben su remuneración.

Siempre, mucho he repetido, hay que cambiar, "el hacer por hacer, por el saber hacer".

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