En reunión de Málaga también se acordó crear una Federación que los agremie
Representantes de las comunidades de los páramos de Santurbán, El Cocuy, Pisba y Almorzadero, tomaron la determinación de agremiarse en una Federación que los fortalezca para enfrentar las consecuencias de la Ley 1930 o Ley de Páramos, que al no permitirles seguir desarrollando actividades agropecuarias, prácticamente los conmina a abandonar sus territorios.
Francisco Sierra Durán, Personero de San Andrés, Santander
Así lo manifestó al periódico Chicamocha News el Personero del municipio de San Andrés, Francisco Sierra Durán, quien explicó que, "la idea es buscar la unificación de los habitantes de los páramos de Santurbán, Almorzadero y El Cocuy, para trabajar una sola línea en pro de los intereses que los campesinos vienen reclamando a raíz de la Ley 1930 o Ley de Páramos, que prohíbe el desarrollo de actividades agropecuarias".
Durante la reunión desarrollada este fin de semana en Málaga, también se decidió contratar al colectivo de Abogados Alvear Restrepo de Bogotá, para que entable algunas acciones legales contra la Ley 1930, y concretamente contra la Resolución que delimitó los páramos sin la debida socialización y concertación con los habitantes de estos territorios de páramo. En este sentido, los habitantes de estos territorios reclaman que no es justo que se les prohíba generar su propio sustento, de un momento a otro y sin ninguna contraprestación.
Los campesinos de páramo consideran válida su reclamación, ya que no creen justo que se les prohíba adelantar actividades agropecuarias de donde han derivado su sustento desde tiempos inmemoriales, especialmente en lo que tiene que ver con su seguridad alimentaria y mínimo vital.
Los predios no se podrían vender ni comprar
Nos explica el doctor Francisco Sierra que, "otro de los puntos tratados tiene que ver con las anotaciones que deberán hacer las oficinas de instrumentos públicos en los folios de las matrículas de los predios que sean cobijados por la delimitación de los páramos. Eso también significa que dichos predios salen del marcado, porque en adelante ya no se podrán negociar para compra o venta y tampoco servirán como prenda de garantía para la obtención de créditos por parte de las entidades financieras".
Advierte el doctor Sierra Durán que, "si bien el páramo hay que protegerlo, tampoco se puede afectar de manera abrupta la idiosincrasia y el Statu quo de los predios, porque de ellos dependen muchos habitantes de nuestros territorios, que es lo único que tienen y lo único que saben hacer".
Y reflexiona el Personero de San Andrés, "entonces, en el momento que las autoridades comiencen a aplicar los comparendos ambientales, por la afectación o el desarrollo de actividades prohibidas, ¿qué pueden hacer los campesinos de páramo, si no saben hacer otra cosa ni tienen de qué más vivir?".
